La sociedad actual condiciona los modelos de familia actuales, tanto a nivel de relaciones entre los padres como de las problemáticas que los adultos afrontan en su día a día y que condicionan su relación con los hijos. Hacemos especial hincapié en la situación de pandemia nada agradable en la que nos encontramos, COVID-19. Esta situación puede influir negativamente en las personas, y hacer que acaben necesitando ayuda profesional para salir adelante. Así, las familias desestructuradas pueden encontrar una solución efectiva a sus problemas con los servicios de especialistas en psicología en Pinto .
Causas de las familias desestructuradas
El contexto social en que vivimos hace que muchos padres pasen por situaciones complicadas a nivel personal y económico, que repercuten en algunas actitudes que pueden acabar desembocando en el desarrollo de una familia desestructurada.
Cuando uno de los miembros de la familia cae en las adicciones , olvida sus responsabilidades hacia sus personas queridas. De esta manera, pierde el foco de sus relaciones y se olvida incluso del amor a sus hijos.
Algunas personas también pueden desarrollar comportamientos autoritarios o violentos como una manera de canalizar sus frustraciones o problemas. Un adulto controlador o agresivo puede acabar creando problemas muy graves en el seno de la familia.
Finalmente, tampoco podemos olvidarnos de los problemas financieros como una de las causas para la desestructuración familiar. No poder satisfacer las necesidades básicas puede ser un detonante para la distorsión de la convivencia.
Consecuencias de las familias desestructuradas y ayuda psicológica
Los niños que viven en una familia con estas características pueden quedar marcados para siempre, especialmente si no saben reconocer los problemas de la situación en que viven y la aceptan como normal.
Esto puede acabar originando traumas psicológicos que lleguen a durar toda la vida, con patologías como la ansiedad o la depresión. En consecuencia, se pueden ver afectadas sus relaciones interpersonales a lo largo de toda su vida. La timidez, el miedo a abrirse con otras personas, el aislamiento o la ira son algunas de las actitudes más habituales que podemos detectar en personas que han pasado por la experiencia de vivir en un ambiente familiar desestructurado.
Superar las consecuencias de vivir la infancia en una familia que muestra síntomas de desestructuración y actitudes negativas ante el día a día es muy complicado si no se cuenta con la ayuda profesional adecuada para asumir todo lo sucedido y aprender a seguir adelante sin los traumas generados por el ambiente tóxico vivido.
El primer paso a realizar es curar las viejas heridas, para entender que esas pautas vividas no son las adecuadas para seguir aplicándolas en una vida normal y emocionalmente saludable.
Contar con el apoyo de los profesionales de la psicología en Pinto es un requisito indispensable para que un niño que ha crecido en el ambiente lleno de negatividad y toxicidad que representa una familia violenta, con drogadicciones u otros problemas parecidos. Como profesionales, sabemos ofrecer a las personas afectadas las estrategias y recursos necesarios para que puedan seguir adelante, sintiéndose a gusto consigo mismos y teniendo la absoluta capacidad de relacionarse con normalidad y tomar sus propias decisiones, sin condicionamientos basados en hechos antiguos.
Las familias desestructuradas son una realidad cada vez más habitual en nuestra sociedad actual. Los estrictos condicionamientos sociales, laborales y económicos con los que tenemos que lidiar día a día en nuestra vida cotidiana hacen que muchos adultos acaben cayendo en conductas negativas y tóxicas, que afectan al cumplimiento de sus responsabilidades paternas o maternas. Esta situación afecta negativamente a los vínculos familiares y puede acabar dañando psicológicamente a los niños. Contar con la ayuda psicológica profesional necesaria es indispensable para poder asumir los traumas generados y poder relacionarse de manera sana y sin condicionantes.
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